§ El 81% valora que la mujer tenga su trabajo, y el 76% lo valora tanto como el propio;
§ El 54% de los maridos ayuda espontáneamente en la crianza de los hijos y lo hace el 64% si su ayuda es requerida;
§ El 63% de los maridos ayuda en las tareas domésticas.
En cuanto a las responsabilidades, el 51% se queja de no poder satisfacer plenamente las de la familia, contra el 64% que se queja respecto de las laborales.
De las encuestadas, el 51% trabaja por necesidades económicas y el 34% para desarrollarse profesionalmente. Como se trata de una encuesta que implica el acceso a Internet, no es representativa de la población total de la Argentina, pero sí es indicativa de la población urbana.
Una conclusión que se puede extraer de estos porcentajes es que la vida familiar se ve reducida en los tiempos, pero que está empezando a sumar más a los padres; por otra parte el trabajo de la mujer es menos resistido por parte de los maridos y es a menudo reconocido y valorado, no sólo por sus resultados económicos.
Falta mucho para que el trabajo de varones y mujeres sea plenamente compatible con una vida familiar satisfactoria. Se trata de una prioridad personal y social, porque de la calidad del mundo del trabajo –y esa calidad se mide en términos de la plenitud de las personas- depende la calidad de vida de la comunidad.
Recopilación Revista Signo.
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